Se va a terminar la dictadura veraniega

Published by Daniel Agustín Hassan under on 1:48

¿Por qué los copos serán tan complicados?

Me gusta el frío.
Hoy me levante cayendo en cuenta de que efectivamente había empezado el verano...y de que manera: Sensación térmica de unos mil grados cuando hace poco rondábamos los cero o algo por el estilo. Esta situación no me gustó para nada, porque como podrán leer, me gusta el frío.

Me gusta bastante el frío.
Desde que tengo memoria odio el calor. Todos los veranos son imposibles de sobrellevar en donde vivo y cada invierno que pasa se parece más a la estación de la cual debería diferenciarse. Lo único que se puede hacer para evitar morir deshidratado o en su defecto calcinado es tirarse en el rincón más recóndito de tu casa, en el piso y esperar a que mágicamente las cerámicas tomen el control de la situación.
Me gusta mucho el frío.

Creo que lo que más me gusta del verano es que por fin vale la pena tomar un buen helado. El paso intermedio entre el máximo placer heladístico y el congelamiento de tu cerebro es la máxima experiencia veraniega que el mundo culinario puede ofrecer.

Me encanta el frío.

Soy (lo admito de muy mala gana) una de las personas más perezosas que conozco. Como podrán notar, pereza y calor no congenian. Es más diría que nosotros los perezosos estamos en una constante lucha contra el verano que no hace más que arruinar nuestra hibernación.

Verano no existís, aguante el frío.

Quisiera agregar una petición al clima… Por favor, dame la sensación de frescura por lo menos unas semanas más. Trata de que se estire un poco más así puedo continuar con este buen humor que me deja hacer estas pelotudeces en vez de concentrarme en estudiar o realmente hacer algo productivo.



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